Rapsodia Albense (2017)

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Con motivo del 25 Aniversario de la Banda de Alba de Tormes, el 18 de noviembre de 2017 se celebró en la Iglesia de San Juan de Alba de Tormes un concierto muy especial.
En este concierto se estrenó el pasodoble “Banda de Alba (de Juan Bautista Meseguer Llopis), dedicado a nuestra Banda. También se nombró Socio de Honor de la Asociación a Joaquín Gericó Trilla, quien dirigió su obra «Alba de Tormes, Obertura para un Festival de Verano«.

Pero el plato fuerte de la noche fue el estreno de “Rapsodia Albense”, una obra compuesta por 7 miembros de la Banda, en la cual se narra musicalmente una serie de estampas representativas de la villa:

El concierto contó con la participación de la solista de gaita y tamboril Maravillas Cañizal y la soprano Amparo Mateos. Fue presentado por Josefa Robles, que además escribió una serie de poemas relacionados con las diferentes estampas que componen la Rapsodia Albense.


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Rapsodia Albense

Siete estampas musicales para una Villa

-Obra conmemorativa del XXV aniversario de la Banda de Música de Alba de Tormes-

La Rapsodia Albense es una creación colectiva compuesta por siete músicos de la Banda de Alba de Tormes con motivo del 25 aniversario de la misma. La obra reúne una serie de imágenes o estampas musicales que recorren los lugares más representativos de la villa: La Puerta del Río, la Plaza de Santa Teresa, un taller alfarero, la Plaza Mayor, el Castillo de los Duques de Alba, el río Tormes a su paso por el puente y el parque de El Espolón sobre los restos del antiguo Alcázar. Cada autor ha plasmado en su propio estilo un sugerente fresco que conforma un emocionado retrato de la Villa Ducal, hecho desde el arte, las vivencias y el amor a Alba.

La obra incluye elementos descriptivos, como las campanadas que anuncian la salida de la procesión de Santa Teresa, la corriente del Tormes o el movimiento del torno del alfarero, y referencias musicales a himnos teresianos o a un villancico de Juan del Enzina. Por todo ello, para disfrutar aún más de la escucha, se presenta cada número con una breve introducción escrita por los distintos autores. En dos de los movimientos se incluyen partes solistas que en el estreno fueron interpretadas por Maravillas Cañizal Tello (gaita y tamboril en su obra “En la Alfarería”) y Amparo Mateos Diego (soprano en “Murmullos del Tormes”) La presentación del concierto corrió a cargo de Pepita Robles, autora de un poema para cada uno de los lugares escogidos por los compositores.

Al preparar este proyecto compositivo, los músicos albenses decidieron además incluir en cada movimiento una cita o referencia a una obra representativa de estos 25 años de historia de la Banda. Como no podía ser menos, la elegida fue la obertura “Alba de Tormes”, de Joaquín Gericó Trilla, compuesta en 1994 como obra obligada del I Certamen “Villa de Alba de Tormes” que tuvo lugar el 2 y 3 de julio en la Basílica de Santa Teresa con la participación de siete bandas castellanoleonesas y la S. M. Santa Cecilia de Alcàsser (localidad natal del autor) como invitada. La Banda de Música de Alba de Tormes interpretó esta obertura como obra de libre elección en su primera participación en el Certamen Internacional de Valencia el 11 de julio del mismo año, obteniendo el tercer premio. El oído atento puede descubrir a lo largo de la Rapsodia Albense varios motivos musicales de la obra de Joaquín Gericó, gran colaborador de la agrupación en su faceta de compositor a lo largo de estos 25 años, por lo que recibió el nombramiento de Socio de Honor de la Banda de Música de Alba de Tormes en el mismo concierto en el que se estrenó la Rapsodia Albense, el 18 de noviembre de 2017.


1. La Puerta del Río – Entrada en Alba

Jaime Jiménez Pérez (2017)

Alba da la bienvenida con los brazos abiertos, ofreciendo lo mejor de sí nada más cruzar desde el otro lado del puente. Los poyos donde nuestros mayores se sientan desde primera hora a ver pasar la vida, el tránsito continuo de gente al coche de línea, el saludo cómplice y cálido de sus gentes, el olor a peces fritos, el sabor a chanfaina, las tardes de chapas en el bar de Manolo, las noches al fresco de verano…

Estás en “La Puerta del Río”. Estás en la puerta de Alba.

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A nuestra Puerta del Río
ya no la cierran Murallas,
permanece siempre abierta
para que entren a Alba
gentes de tantos lugares
para rezar a la Santa,
y mostrarle su cariño
y los secretos del alma;
para descubrir historias
en monumentos y plazas,
para compartir vivencias
con gente noble y bizarra…
¡Entrad, que aquí no hay cerrojos!
¡Alba de Tormes aguarda!


II. Plaza de Santa Teresa – Sonidos Carmelitanos

Álvaro Martín Pérez (2017)

Un silencio solemne invade la “plazuela”. Suenan las campanas e irrumpen, de repente, el bullicio y alegría de los niños que juegan, el interés de los turistas que se acercan al sepulcro y la rutina del paso de los albenses en su día a día.

Melodías intercaladas entre sonidos que recuerdan momentos vividos en la Plaza de Santa Teresa: Sonidos Carmelitanos.

rapsodia_2Cofre de inmensos tesoros
donde el corazón de Alba
late con fuerza y fervores
al penetrar en la plaza…
con rumores de estameña
y repicar de campanas,
con sentidas oraciones
y música emocionada…
Conventos Carmelitanos
y Sepulcro de la Santa
donde reposa por siempre
con el cariño de Alba.
¡Te velaremos el sueño,
vela tú por nuestras almas!


III. En la Alfarería – Filigrana

Maravillas Cañizal Tello (2017)

Lo que para otros es simplemente un trozo de barro, para el alfarero es un proyecto de obra que quiere crear. Pone en marcha el torno, que poco a poco va girando cada vez más deprisa, hasta que sus manos y corazón comienzan a moldear su idea, escuchada anteriormente por el fagot y la trompa, y ahora por la sección del metal.

La característica más relevante de la alfarería albense es su filigrana, representada en este caso por el instrumento tradicional charro por excelencia, la gaita y el tamboril. De esta manera, el cacharro está representado por la banda y la filigrana por el instrumento solista, haciendo los dibujos, a veces a modo de improvisación (cadencia), que el alfarero va realizando para embellecer su obra.

La compositora ha querido unir dos tradiciones arraigadas y representativas de Alba de Tormes: la Música y la Alfarería.

rapsodia_3La humilde arcilla que manos
del alfarero amasaran,
eterno girar del torno,
fuego, sudores y magia…
y raudales de cariño,
y paciencia ilimitada,
se va trocando en encaje
de preciosa filigrana
que llevará por el mundo,
como auténtica embajada,
el arte de nuestras gentes
¡unido al nombre de Alba!


IV. Plaza Mayor – El día de la octava

Sergio Aparicio Guevara (2017)

En el corazón de la Villa Ducal, en uno de los días más simbólicos del año, la Plaza Mayor se viste de gala para despedir a la Doctora Mística en su día de la octava. Son las siete de la tarde y se escuchan los primeros compases que anuncian la salida de la Santa. Instantes después recorre por última vez la Plaza Mayor, camino de su clausura. En el ambiente se pueden respirar sentimientos de emoción, alegría, devoción, fe, tristeza, fervor.

El flautín y el requinto nos conducen esta vez a una Plaza Mayor rebosante de alegría y diversión en una música rápida, ligera, que recuerda e invita al baile. Por último, el júbilo da paso al estruendo de la “bomba final”, que cada veintidós de octubre los albenses escuchamos con una mezcla de anhelo, felicidad y melancolía.

rapsodia_4Las entrañables palmeras
se arrullan al son del agua
y observan en derredor
la multitud congregada
que con alegre bullicio
y con impaciencia aguarda.
¡Ya llega la procesión!
¡Qué preciosa está la Santa!
Los vivas de sus devotos
y el sonido de la banda
presienten la despedida…
¡Es el día de la Octava!


V. Castillo Ducal – Elegía

José Ignacio Cotobal Robles (2017)

La imponente Torre del Homenaje recibe al viajero con aires guerreros. Al pasear entre las ruinas del antiguo palacio, la música se vuelve un doloroso lamento y, en medio de la destrucción disonante de incendios y guerras, se escucha la sabia sentencia que Juan del Enzina cantara antaño en este mismo lugar: “Todos los bienes del mundo / pasan presto y su memoria / salvo la fama y la gloria”.

En el interior de la torre, los objetos del museo permiten al viajero evocar el ambiente cortesano, representado por una pavana que introduce la flauta de pico. Retornan los aires militares al entrar en la Sala de la Armería que, con sus frescos renacentistas, da testimonio de la fama y la gloria de la Casa de Alba.

rapsodia_5Imponente fortaleza,
estratégica atalaya
que conserva entre sus piedras
el fragor de la batalla,
el susurro de poemas,
de músicas y de danzas,
de novedosos teatros
para delicia de damas
y de nobles y plebeyos…
¡Cuántas historias se guardan
entre sus recios sillares!
¡Ay si las piedras hablaran!


VI. Murmullos del Tormes

Manuel Rico Gómez (2017)

“¡Qué mansa pena me da! El puente siempre se queda y el agua siempre se va”

Pero en Alba, el Tormes parece no pasar, sino aquietarse. El agua suspende su viaje para curiosear una hermosa voz que desde el puente canta, murmurando sus aguas que agita el río con su voz cálida. Son murmullos; son los Murmullos del Tormes.

rapsodia_6Bajo el románico puente
que abre las puertas de Alba
corre el Tormes silencioso;
pero el lenguaje del agua
habla de tantos lugares…
De las montañas lejanas,
de ciudades y de pueblos
y de gente que trabaja
o disfruta en su ribera,
de su pesca y de sus playas.
Son los murmullos del Tormes…
¡no te pierdas sus palabras!


VII. El Espolón – El paso del Tiempo

Matías Cañizal Tello (2017)

El parque de «El Espolón» es, sin duda, uno de los lugares de Alba de Tormes que mejor ha visto pasar el tiempo.

Cierra los ojos. Imagina una gran roca llena de árboles mirando al río. Hombres, mujeres, niños y ancianos pasean, hablan, ríen, se divierten y recuerdan cómo desde hace generaciones otros hombres estuvieron también allí. Son tu padre, tu madre, tu abuelo, tu abuela, recordándote que hay lugares que nunca envejecen.

Hoy en día todo sigue igual, seguimos asomándonos al mirador y observando desde arriba la preciosa ribera del Tormes.

rapsodia_7Mirador privilegiado
sobre muralla y Alcázar
donde el alma se serena,
donde la vista se explaya:
islas de verdor, el Tormes,
Sierra de Gredos nevada…
juegos y risas de niños,
trinos y viento en las ramas,
y paseos fatigados
entre memoria y nostalgia…
¡Ay jardín del Espolón
cuántos secretos te guardas!


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